UNA SERVILLETA PEGADA EN LA FRENTE
Una servilleta pegada en la frente.
Por Fernando Galeana Padilla.
Llevo una servilleta pegada en la frente,
quedó ahí como herramienta para escribir alguna frase,
se sostiene con el sudor de la piel imaginando un ambiente fresco.
Llueven miradas curiosas,
es algo raro ver a alguien trayendo una servilleta en plena frente por cualquier lado.
Señalan sus sonrisas queriendo ser discretas,
leen algo, saben algo, creen saber algo.
Voy en círculos por dónde me da la gana,
la ocasión es de descanso,
fin de semana donde la burocracia parece no afectar tanto.
Llevo las ocurrencias de qué podría decir en ese pedazo de papel en la frente,
el fragmento de un poema amoroso, una palabra que sintetice todo.
Paso nuevamente por dónde los curiosos son la mayoría,
me divierte pensar en que ellos no se atreven por el qué dirán.
Salgo de una plaza y la calle va llenándose de prisas reconocibles,
el tramo al caminar parece el río humano que va directo a una cascada,
donde irremediablemente pararemos al mar.
Me detengo ipso facto y me golpean: brazos, manos, caderas, rodillas, pies.
Nada los detiene, todos van en esa misma dirección.
Tirado intento levantarme, nadie me mira, pasan sobre mí,
el río lleva tanta fuerza que me asfixia,
retiro la servilleta y la ondeo levantando el brazo.
mientras quedo solo en el silencio entre la oscuridad que absorbiendo todo me mira,
encuentro la más apropiada frase,
un final de película, recapitulando en la condición humana.

