PERRUNA
“Yo quería darte un nombre, pero no dejaba mi cabeza de dar vueltas, ninguno sonaba a ti, fue hasta que ladraste que entendí quién eras, entonces sólo bastó el sonido”.
En todos los tiempos han existido personas que aman a los animales, disfrutan gran parte de su vida con sus mascotas en particular a los perros. Hay mucha gente que se involucra de gran corazón atendiendo a quienes consideran sus compañeros y les asignan un nombre o los reciben con uno cuando por circunstancias distintas ya están grandes. En este poema reflexiono sobre esos momentos que nos van cambiando la vida o nos llenan de detalles, que se valoran desde la perspectiva humana. La adopción de tantos perros abandonados, es una opción que cobra fuerza y aquí les doy un aplauso a todas esas personas que hacen la diferencia entregándose de corazón al cuidado de estos fieles animalitos. Con afecto los abrazo y les comparto. Saludos.
GAPFER.