GANAS
Ganas.
Fernando Galeana Padilla.
Tenía ganas de escribir, tenía ganas de leer, quería hacer el amor, pintar, conversar con los amigos, sentirse poderoso, reconocido, tenía una ansiedad por ser, por vivir.
¡Échale ganas manito! Fue la recurrente frase que escuchó de sus muchos conocidos, así murió: en esa angustia, al perderse entre varios proyectos inconclusos.