ESAS LUCES
Esas luces.
Fernando Galeana Padilla.
En la cuna de la fe lloraba para llamar la atención de los dioses ocultos, ninguno podía atender el llanto, se ocupaban de los detalles de infinidad de peticiones.
El niño entendió en su precoz mentalidad que tendría que salir solo del encierro, fortaleció sus pulmones un rato más y se incorporó.
Salió de la cuna distrayendo los peligros, su amplia sonrisa tocó piso de una forma en que su cuerpo elástico y de resorte amortiguó el golpe.
Quedó un rato recostado en ese suelo que abrazaron posteriormente sus pequeños pasos, recorrió con la mirada el universo alrededor.
Tomó un camino sin establecer una razón improvisada, llego a una puerta semiabierta, aplicó su extraordinaria fuerza y la jaló hacía él.
Salió venciendo las primeras limitaciones, exploró, tomó todo lo que pudo, probó distintos sabores arrugando la cara varias veces.
En el paraíso se escuchó la televisión a un volumen que aseguraba la audición del vecindario, una mujer desnuda agonizaba en esa sala.
El teléfono tirado sonaba en video llamada, los dedos infantes atendieron esas luces, era uno de aquellos dioses, enconadamente le ordenó regresar a la cuna y dejar en paz a la madre tierra.