DECÍRTELO
Es incómodo decírtelo.
Fernando Galeana Padilla.
Cuando escribo no pienso en ti hasta el final, reviso lo que he puesto, me pregunto todo y si acaso: borro, borro, borro. No es una fórmula para apantallar, ni siquiera se acerca a algo serio, lo hago por gusto.
Tú me lees casi a fuerzas, no me conoces, no soy un escritor famoso, ni he hecho actos heroicos o no heroicos destacados, soy un ladrillo en la pared, polvo en las alas de palomas comiendo en las banquetas.
Me dura el gusto de la escritura mientras sucede, es un ritual que no viene al caso, resulta del ocio, del hábito, de lo aprendido en tutoriales, entrevistas de autores, esos sí famosos, sobretodo viene de las lecturas que me dejan huellas y las sigo para hacer el camino propio.
Hay una belleza esplendorosa en hacer la parte creadora, encontrar polvos dorados para destacar la escritura de un modo que levante, destaque, llame tu atención, te haga vibrar, te sumerjas en esa frontera donde estás adentro y afuera.
Yo no busco ser famoso, dar autógrafos y conseguir reconocimientos, yo quiero que lean y conozcan lo que escribo, que compartan algo que les ha gustado.
Tú no me conoces, al terminar creo verte, al terminar crees conocerme, nada es más lejano, solo estamos juntos en este proceso, en este instante, en este misterio, lo demás pasa a ser parte de esas historias dramáticas.
Un ejemplo es lo que sucede con la cultura local, se organiza algo y asisten los familiares, vecinos y amigos, uno que otro curioso y los demás nunca se dan cuenta que existe un espacio para conocer a los creadores.
Mierda, esta palabra no quiere ser ofensiva, no es un error ni una provocación, es enojo, frustración tardía, he hecho lo posible por ser leído, gracias, es incómodo decírtelo.
Miércoles 18 de mayo de 2022.