ANTES DE LA HISTORIA HABÍA UN VERSO.
ANTES DE LA HISTORIA HABÍA UN VERSO.
Por Fernando Galeana Padilla.
Velo de oscuridad, infinitas sombras mirándose,
especias que asoman sus aromas con destellos felices,
imagen de dos dedos coqueteando la nariz.
Timoratos humores festejan todo, distancias pasajeras,
volteando para vernos, nunca se sabe en coincidente
avenida de encuentros sorprendidos.
Antes de la historia había un verso,
antes de escribirse, nativas ramas, vestían sus besos.
Todo fenece en su momento,
el despertar encierra su misterio,
la vida y la muerte se entretienen,
forman el círculo que cierra, inicia, termina.
Comienza con la sencillez de observar algo,
más de las veces inconsciente,
atravesando el portal de la experiencia,
se desafía como vuelo alto que arriesga a caerse.
Así se vive, intensamente, el amor es el equilibrio,
la consciencia despertando a otros, luz de ese sol vigilante.
Portento lúdico, ilustración sin fin,
llena la melancolía de coloridos tonos,
paisajistas que voltean a ver y sonríen.
Tantas cosas que hacer y basamos la vida en
la originalidad del luminoso rayo,
toques eléctricos de pequeños destellos raros.
El tiempo me arranca una y otra hoja,
el humor insatisfecho, la búsqueda logrando verme
como compañía de siempre.
Es aquí en este párrafo que me aferro,
con mis ojos de un brillo ingenuo e ingenioso
mirar a todos lados.
La geometría es un hilo donde se
encuentran todas las formas,
la unión de puntos que alcanza la naturaleza.
El fotógrafo conecta con la imagen y plasma
una óptica singular apareciendo destacadamente,
después se interpreta, ahí no hay frontera.
Vuelvo a esos aromas que inspiran,
a la sensación indistinta de crear,
de hacer muros, paredes, casas, universos.
Redescubierto con la mezcla entre las manos,
regreso con esas palabras que resisten a pegar,
revuelvo todo y comienza otra historia.
Entre marzo 5 al 27 de 2016.