Podcast
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LAS CUERDAS DE LA NORMALIDAD
LAS CUERDAS DE LA NORMALIDAD Por Fernando Galeana Padilla Mientras los perros ladran, vociferan, filosofan, camino junto con ellos. Bostezos optimistas entre las reflexiones. Pararon las celebraciones, las luces que encendieron las esperanzas pirotécnicas, se acabó la borrachera. Las cuerdas de la normalidad paulatinamente van jalando parejo, las olas permanecen, nunca han cesado, ese ritmo acompañado al corazón costeño celebra siempre. Ahora se escucha entre ladridos y un viento susurrante, todo esto me conmueve me hace cursi pero también consciente. Puedo percibir una palabra naciendo como cuño de expresión exacta, me identifico, me la quedo y les comparto: Cursiente. Así suena este día, así me siento. Ladran los perros, aúllan,…
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ALLÁ JUSTO ALLÁ
Allá Justo allá Por Fernando Galeana Padilla. Cuando las sombras de la piel asuman el paisaje, las recónditas miradas no cesarán de ceremonias irracionales, una faz extraña sacudirá los egos enterrados, hará mover la lengua como única señal de vida. Sin los encantos de luz dúctil, surcará la voz como un dátil por los desiertos, un satélite que sigue viajando a velocidad cósmica sin retroalimentado sueño. Allá justo allá está el olvido, entre las posibilidades remotas de chocar con asteroides. Callarse o no, ¡Vivir! Pero qué es eso, las recetas de la felicidad aparecen por doquier, si observamos con detenimiento es lo contrario. La gente ansiosa nunca para, anda en…
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Más allá de tantos muros.
Más allá de tantos muros. Por Fernando Galeana Padilla. No podría dejar de escribir, aunque un ciclón de humo lacrimógeno devorara todas las posibilidades, cierro un poco esta realidad para trazar otras líneas que superan los obstáculos, la racionalidad frecuentemente esconde algunos. No podría vivir sin la lectura de esos poemas que me visten de un aura inconmensurable, esas voces que despiertan los momentos taciturnos, esas que, se vuelven también el equilibrio, la osadía, los cojones para enfrentarse y enfrentar todo. Vaya un abrazo a los poetas, a las poetisas, a su obra que continúa dando oxígeno al planeta, son tantos que la vida no es suficiente para leerlo…