SIGO PENSANDO EN EL CAFÉ DE ATOYAC
En tan ridículas evocaciones nace el arte,
recrimina la palabra que llora,
nos sonríe, nos critica,
cambia con un gesto el movimiento de las pestañas
que limpian y protegen la visión futura,
desrutiniza una idea, se come al mundo,
pelea contra los monstruos que se interponen en el blanco cielo.
Títulos en galeras, tristes,
desarropados de manos que encierren un abrazo,
versos que llueven en la imaginada ciudad de los lectores,
esos fantasmas que vuelan, se cruzan por las ventanas,
discursan sobre la dignidad humana,
ven caer los horizontes con sus lunas mágicas,
se manifiestan las veinticuatro horas del día,
sueñan letras, se las comen en la sopa y la beben en té de colores.
Yo sigo pensando en el café de Atoyac,
en su escases, pero sobretodo en su aroma y textura,
pruebo al pueblo que en su olvido se recuerda siempre,
esperando algo, mejores momentos.
Yo oigo sus risas de arroz y frijoles con queso,
sus lamentos y enojos, este café ya es de lujo,
las cosechas se las llevó el mal tiempo,
la roya y la perversidad ingente.
Confieso que acumulé algunas
cantidades de este elixir de la Sierra.
Para sobrevivir hay que ver “pa lante”
como dijo el marchante.
Una mirada oportuna es otro título
que significa soñar contigo,
porque finalmente se busca compañía,
un libro me habla sí, de ti de mí y de todo
aquello que involucra e involucramos.
Las marcas en el texto son
las huellas de una historia
que va construyéndote en esa
pasión por las palabras bien logradas.
Quise llegar temprano,
cumplir una promesa hecha hace tiempo,
ser una entrada que capta la atención y sigue,
no soltar frases inciertas,
esas que sobran aunque huelan cual borra de café,
para abono de las plantas.
Mantener las opciones que alimentan
seguir uno u otro género,
no se resuelve con las ganas,
más sí quiere decirse algo,
ensayar sus propias letras.
Yo empiezo en el zócalo de alguna ciudad
y termino abandonado en una hamaca,
casualidad sorprende al ver el techo,
posan palomas “cuiteras”, que leen mi rostro
y subrayan con su marca texto.
Pero aquí sigo queriendo aprender del mundo,
en ese ir y venir que me cobija, disfrutando café,
enredado con una buena lectura. Quién sabe un día,
pueda escribirte algo.