QUE SE PIERDAN LAS PALABRAS
Que se pierdan las palabras.
Fernando Galeana Padilla.
Se me andaba ocurriendo, pero no llegó algo con ese potencial imaginado, no desesperé como es en otras ocasiones, se vuelve experiencia cuando logra ser relevante, sientes un parecido a tocar el espacio con la ironía de ser exitoso, tú o yo, más bien el desconocido, el que escribe meditando lo que al final queda para guardarse en el dispositivo, imprimir, enviar a los cuates que sabes dejarán pasar sin verlo, en fin queda ahí y lo subes a la página que nadie visita o alguno de forma coincidente da con ella y resuelve explorar por curiosidad y ocio.
Líneas que se juntan, se encaprichan, expresan intensión, un propósito inextricable, ideas que luego prevalecen errantes, difusas. Me recuerda este detalle para hacer borradores, muchos de ellos, jugar al reciclaje, a arrugar el papel con todo y escrito botándolo al cesto y aplaudir al atinarle, que se pierdan las palabras, la bulla, la basura, después vendrá otra forma de exigirse esa creatividad posible.
Qué cantidad de veces repetir el ejercicio, x se me ocurre igual que responder rápidamente, se oscurece afuera mientras las luces por dentro van iluminando algo, ese saber se pone en contacto con lo misterioso, se saludan, se miran con un desafío de concederse la bondad de compartir, van combinándose una serie de dudas, recuerdos, saberes, horizontes posibles por dónde uno se endereza y se viste.
Domingo 8 de enero de 2023.