ERA UNA FORMA INCONSCIENTE.
ERA UNA FORMA INCONSCIENTE.
Fernando Galeana Padilla.
No sé qué iba hacer, se preguntó neciamente evadiendo sus recuerdos,
en las capas del fondo la negación luchaba para hechizarlo.
Se sometió al escrutinio de un pensamiento controlado,
sin dar paso a la más leve duda de lo que elegía.
Tampoco quiso percatarse donde estaba,
simuló la tranquilidad de un día ruidoso como de por sí eran las mañanas libres.
Reparó entonces que su habitación no tenía ventanas,
parecido a un lugar a prueba de sonidos y de incómodas visitas.
Ensayó tantas muecas como pudo,
sonrió tan lentamente queriendo prolongar la sensación de bienestar.
Se arrodilló, no por ser un creyente o algo parecido,
era una forma inconsciente de buscar perdón.
Miró el techo, las paredes,
lo que parecía un retrete y su cama.
Ocupó el piso para extenderse con sus largos pies y brazos,
su altura abarcaba prácticamente de pared a pared.
En la traición de la memoria se dio cuenta que lo anterior era imposible,
tenía años de no extender a modo ni brazos, ni piernas.
Gritó como de costumbre,
hasta sentir la impotencia de saberse culpable.