LA CARPETA
LA CARPETA
Por Fernando Galeana Padilla.
Cuatro días sonriendo falsamente
en la abundancia de gestos cotidianos. En los corazones rotos surge
un declive por tales indicios de entregar sin miramientos las pasiones. En la memoria
se atraviesan lugares donde la emoción te hizo añicos,
el tiempo no era una palabra congelada,
bailaba contigo, se acomodaba a tus circunstancias,
jurabas tener todo en plan perfecto.
Al deponer El Sol su radiante celestial
cayó la sombra de todos los temores recogidos,
guardados en una caja con los más sofisticados blindajes,
quedaría abierta frente a la falta de luz.
Ahí es donde en la inverosimilitud,
la suma de lo que somos se va apagando,
un tenor canta canciones tristes,
se oyen en la cercanía del precipicio donde había un coro de estrellas.
Las transformaciones que se pensaban alcanzar
para un próximo futuro quedaron varadas,
se llegó a un final donde la felicidad fue vista
por última en la televisión vía streaming.
Todo se secó, el planeta que tenía un azul
como ninguno, agoniza contigo,
mientras escribo tú mueres y te sigo,
quizás nadie pueda leer esto.
Ahora en este imaginado texto cierro la carpeta donde
guardo uno de mis peores temores, el pesimismo.